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Todos esperamos que verdaderamente haya independencia y autonomía entre los poderes del Estado, sin embargo, en la práctica y sobretodo en nuestro país ello no es posible y para muestra un botón y este es el hecho de que los consejeros y magistrados electorales, por su actuación dejan mucho que desear y más bien se observa que su comportamiento se debe al pago de facturas para aquéllos que lograron llegaran a tales cargos.

En esta época estamos nuevamente en la coyuntura de que el Ejecutivo presente la terna para que el Senado designe a los juristas que serán ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El presidente Peña Nieto ha señalado que sus propuestas se harán en cumplimiento de los lineamientos establecidos en la Constitución, garantizando su profesionalismo e independencia, así como la del Poder Judicial de la Federación. Los  partidos políticos se han pronunciado porque no haya acuerdo político alguno para impulsar a determinados perfiles afines a ellos mismos.
 
01derechos01Sin embargo, a pesar que a los ciudadanos nos pide que confiemos en las instituciones, como podríamos hacerlo si sus representantes hacen todo lo contrario al elegir personas que no son idóneas para cumplir con el perfil que se requiere.
 
Por ejemplo, la trayectoria pública de Medina Mora, actual ministro del máximo tribunal del país, nombrado en este sexenio, ha sido en instituciones de seguridad como el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), que encabezó de 2000 a 2005; la extinta Secretaría de Seguridad Pública (SSP), que dirigió de 2005 a 2006, y la Procuraduría General de la República (PGR), de la cual fue titular de 2006 a 2009. De lo anterior se deprende que no cuenta con carrera judicial para ejercer el cargo, máxime porque se le conoce como el defensor de la estrategia de seguridad que derivó en un aumento de la violencia en el país. Asimismo, se le atribuyeron medidas contrarias a los derechos humanos, como haber impugnado en 2007 la reforma que despenalizó el aborto en el Distrito Federal, un recurso que la propia SCJN rechazó[1]. A pesar de las críticas manifestadas por el gremio de abogados, del propio Poder Judicial, intelectuales, académicos, personalidades, organizaciones civiles su nombramiento simplemente se formalizó cunado el Senado lo ratificó.
 
Así pues, con estos antecedentes, el actual discurso no es creíble. Es hora que el Gobierno Federal y el Legislativo muestren madurez en su desempeño. Ahora que deberán elegirse a dos ministros, debería pensarse en el equilibrio de género y que las ternas las conformaran sólo mujeres, pero no para cumplir con la cuota de género, sino porque habrá muchas juezas, magistradas, académicas, juristas cumplen con tal perfil y que sus currículos destaquen por capacidad, carrera judicial, honorabilidad, ética profesional, experiencia tanto académica como administrativa y estoy seguro que hay muchas féminas, con tales habilidades, recordemos que de por si las mujeres pueden desempeñar varios roles a la vez, es hora de tomarlas en cuenta y no solamente a los cuates.

 

[1] Información de https://www.google.com.mx/?gws_rd=ssl#q=eleccion+del+proximo+ministro+de+la+scjn

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